Caos en Las Vegas: La estrategia de neumáticos y paradas vuelve a sufrir por las banderas rojas
Las banderas rojas en las prácticas de Las Vegas complican la planificación de neumáticos y paradas, afectando la preparación de los equipos para la carrera.
El Gran Premio de Las Vegas 2025 ha comenzado con una notable dosis de incertidumbre y caos, especialmente en lo que respecta a la estrategia de neumáticos y paradas en boxes. Las dos sesiones de prácticas libres han estado marcadas por banderas rojas inesperadas, que han trastocado la preparación de los equipos y evidencian los múltiples retos que presenta este circuito urbano.
En la primera práctica, Charles Leclerc se posicionó como el más rápido, demostrando un ritmo prometedor para Ferrari y dejando claro que la gestión de neumáticos será clave en este trazado que combina largas rectas con curvas exigentes. Sin embargo, la segunda sesión fue caótica: múltiples interrupciones, incluida una bandera roja por un posible fallo en el asfalto y otra provocada por la avería de Leclerc, dejaron a Ferrari sin vueltas limpias. Este doble golpe no solo afecta el tiempo en pista de los pilotos, sino que también dificulta la evaluación real del desgaste de los compuestos y la simulación de paradas.
Desde el punto de vista estratégico, estas interrupciones son un verdadero obstáculo para los equipos. La falta de rodaje continuo impide obtener datos fiables sobre el comportamiento de los neumáticos en condiciones de carrera, especialmente en un circuito que exige mucho a los compuestos debido a las altas velocidades y frenadas bruscas. Los equipos deben improvisar o basarse en simulaciones menos precisas, aumentando la probabilidad de errores en la elección de compuestos y en la planificación de paradas.
En la sesión de FP2, interrumpida en varias ocasiones, Lando Norris fue el más rápido, aunque su ritmo debe tomarse con cautela. El piloto de McLaren logró completar vueltas rápidas en momentos puntuales, pero no pudo probar una tanda larga ni ajustar su estrategia de paradas bajo condiciones normales. Esto limita la capacidad de McLaren y otros equipos para decidir cuándo y cómo cambiar neumáticos durante la carrera, un aspecto crucial en un Gran Premio con tantas variables como el de Las Vegas.
Además, la incertidumbre generada por el posible fallo en el asfalto añade una capa extra de preocupación. Un circuito con problemas estructurales no solo afecta la seguridad, sino que también puede modificar el comportamiento y la duración de los neumáticos, forzando a los equipos a replantear sus planes de paradas y gestión de compuestos.
En definitiva, el GP de Las Vegas 2025 ha dejado una lección clara: la Fórmula 1 sigue siendo un deporte donde la estrategia se construye en la pista y no solo en los despachos. La sucesión de banderas rojas y problemas técnicos obliga a los equipos a ser más flexibles y a prepararse para escenarios imprevistos, algo que debería ser la norma en cualquier carrera urbana y no la excepción. Sin embargo, el calendario saturado y la presión televisiva parecen dificultar que la F1 maneje estas situaciones sin que la calidad estratégica se vea afectada.
Como purista, no puedo evitar lamentar que, en lugar de fomentar una preparación óptima y continua, estos incidentes evidencian un calendario y circuitos que ponen en jaque la esencia misma de la gestión técnica y estratégica en la Fórmula 1. La carrera de Las Vegas será una prueba de la capacidad de adaptación de los equipos ante la adversidad, pero también un recordatorio de que la F1 debe cuidar más la calidad de sus eventos para que la estrategia vuelva a ser protagonista y no un mero apéndice afectado por circunstancias externas.