El GP de Las Vegas vuelve a evidenciar fallos técnicos y reglamentarios preocupantes

El GP de Las Vegas vuelve a evidenciar fallos técnicos y reglamentarios preocupantes
El GP de Las Vegas vuelve a evidenciar fallos técnicos y reglamentarios preocupantes

El Gran Premio de Las Vegas sufre nuevamente con tapas de alcantarilla sueltas que interrumpen la sesión y generan críticas técnicas y reglamentarias sobre el trazado y la seguridad.

El Gran Premio de Las Vegas ha vuelto a poner en evidencia una problemática técnica urgente para la Fórmula 1: la seguridad y preparación de circuitos urbanos. Los múltiples incidentes con tapas de alcantarilla sueltas, que obligaron a detener la segunda sesión de entrenamientos libres, desataron críticas, especialmente de pilotos jóvenes como Oliver Bearman y Carlos Sainz, quienes han sufrido directamente las consecuencias de un trazado claramente lejos de ser óptimo.

La sesión FP2 fue interrumpida nuevamente por una tapa de alcantarilla suelta en pista, lo que provocó una bandera roja y la suspensión temporal para garantizar la seguridad de los pilotos. Este problema, ya recurrente desde la primera edición del GP en 2023, demuestra que las soluciones temporales no son suficientes para un evento que aspira a consolidarse en el calendario. Carlos Sainz expresó que esta situación “no le trae buenos recuerdos”, reflejando la frustración ante una falla que podría evitarse con un mejor trabajo de ingeniería y preparación del circuito.

Oliver Bearman calificó el circuito de Las Vegas como el “menos disfrutable” entre los trazados urbanos que ha pilotado, un juicio contundente que evidencia la inseguridad implícita en tener elementos tan básicos como tapas de alcantarilla sueltas durante la sesión. Su descripción del trazado como “sketchy” implica una falta de fiabilidad y un diseño cuestionable desde el punto de vista técnico y de seguridad.

El problema de las tapas de alcantarilla no es un detalle menor. En circuitos urbanos, la preparación del asfalto y la fijación correcta de todos los elementos es fundamental para evitar que un vehículo que supera los 300 km/h sufra daños o accidentes graves. La repetición de este fallo en Las Vegas pone en duda la capacidad de los organizadores y la FIA para garantizar un entorno seguro y competitivo, una prioridad absoluta. Además, la interrupción afecta a los equipos, que ven cómo sus programas de trabajo se desbaratan y los pilotos no pueden completar vueltas esenciales para ajustar sus monoplazas.

"Las Vegas es el circuito urbano menos disfrutable que he conducido", dijo Bearman, reflejando una frustración que trasciende lo deportivo y apunta directamente a la calidad y seguridad del trazado.

Oscar Piastri, otro piloto afectado por estas interrupciones, explicó que apenas pudo completar dos vueltas durante la sesión, lo que genera incertidumbre sobre el rendimiento real de McLaren en condiciones normales. Esta falta de datos dificulta el trabajo técnico y estratégico de los equipos, que dependen de prácticas libres limpias para entender el comportamiento del coche y preparar la carrera.

Desde el punto de vista reglamentario, la FIA debería establecer controles más estrictos para la homologación y supervisión de circuitos urbanos, especialmente aquellos que debutan o presentan problemas técnicos recurrentes. La seguridad no puede ser negociable ni depender de soluciones temporales. La Fórmula 1 actual, que se presenta como la cima tecnológica del automovilismo, debe mostrar coherencia y rigor en todos los aspectos, incluida la infraestructura de sus circuitos.

En definitiva, el GP de Las Vegas vuelve a ser un claro ejemplo de los retos que enfrenta la Fórmula 1 en la gestión técnica y reglamentaria de sus eventos. La insistencia en mantener un circuito que genera problemas de seguridad y que no es del agrado de los pilotos revela una falta de visión y prioridad en aspectos fundamentales. La F1 debe aprender de estas experiencias para evitar que la espectacularidad mediática de ciertos lugares se convierta en un lastre para la competición y la seguridad.